Rei Kawatubo (Tokio, 1942) deja que su ropa hable por ella. La fundadora de Comme des Garçons lo hace en contadas ocasiones y casi siempre por boca de Adrian Joffe, su marido y presidente de una de las marcas más extrañas e hipercaras del mercado. Rei responde de la misma manera cada vez que le preguntan cómo es: "Solo tienen que mirar la ropa. Lo que quiero decir esta ahí", resume. Nada de lo que acontece en el universo de esta firma japonesa, con más de 40 años a sus espaldas, se ajusta a los cánones convencionales. Sus prendas requieren grandes esfuerzos para apreciarlas y, "finalmente vestirlas". Ya lo advirtió Karl Lagerfeld, director creativo de Chanel, al definir la llegada de Rei a la industria de la moda como la irrupción de "una cierta belleza dentro de una cierta fealdad".
La creadora nipona es una rara avis. Posee un discurso tan radical como independiente. Igual que sus perfumes, con olor a oro, iglesia, garaje, goma quemada, laca de uñas, alquitrán, soda, chicle... Más que perfumes son antiperfumes. Rei es como sus aromas. Se la ama o se la odia. Menuda, se desenvuelve con soltura en este mundo de extremos.
¿Qué firma podría permitirse el lujo de no mostrar en los escaparates de sus tiendas las ropas que tanto ansían sus clientes? Tampoco realiza estudios de mercado, ni pregunta a la gente lo que quiere o necesita. En ningún caso trata de satisfacer las demandas del público ni contentarle. Así de radical es su estrategia.
Kawakubo es una hermética fajadora a la que no le gusta perder el tiempo. Rara vez duerme más de cuatro horas al día y solo se toma cuatro jornadas de vacaciones al año. Es una trabajadora incansable. En su calendario laboral no figura ni un solo día marcado en rojo. Trabaja de lunes a domingo, desde las siete y media de la mañana. Siempre viste de negro, nunca se maquilla, adora el cine en blanco y negro y, dicen, come lo mínimo "imprescindible" para sobrevivir. Asegura que no le gusta acumular cosas y que se siente más libre "cuando no poseo nada". Se mire por donde se mire, resulta complejo a la par que fascinante descifrar el curioso jeroglífico de una mujer que desafía la estructura de la industria de la moda e invierte todos los beneficios en la empresa. "No participa en ese sistema que compra diseñadores y luego los vende", advierte su marido.
Austeridad y creatividad. Son las dos palabras que definen el lenguaje personal y profesional de una creadora que debe estar encantada con los tiempos que corren. Rei es de las que considera que los ciclos económicos poderosos cercenan la libertad y el talento. Aunque rara vez se deja ver en público, los pocos que la conocen muy bien saben que lleva una vida de lo más espartana. Tanto su vivienda como sus oficinas parisinas de la Place Vendôme rayan la ultrasencillez. Esta licenciada en Filosofía y Literatura empeló la capital francesa como plataforma para dar a conocer la ropa que empezó a crear en los setenta, cansada de no encontrar nada que le gustara. Sin abandonar nunca su Tokio natal, jamás pasa más de seis días seguidos en Francia, adonde llegó junto con otros creadores orientales, como Yohji Yamamoto e Issey Miyake. Occidente interpretó aquel desembarco como la "invasión japonesa". Con sus diseños confeccionados al revés, dejando entrever las costuras sin acabar y su gusto por los cortes asimétricos, algunos críticos la recibieron al grito de "Hiroshima Chic". Impulsó el concepto de la hermosura de "la pobreza consciente". Rasgó los tejidos hasta dejarlos hechos harapos.
Irreverente y transgresora, Comme des Garçons es un misterio, aunque la ideóloga y su marido detesten este apelativo. "No somos una marca misteriosa", razonan. Simplemente, evitan dirigirse a la mayoría de la gente. Y, además, están convencidos de que la "minoría siempre tiene la razón". Un puñado de escogidos a los que Kawakubo pretende hacer sentir "especiales y distintos", con valores de cierta inaccesibilidad: "Muchas veces me han dicho que la gente que lleva mi ropa se siente poderosa, pero no es mi intención".
Mientras otras compañías intenta imponer "lo que es bueno y malo o dictar qué bolso es el que hay que llevar cada temporada", la firma japonesa se desvive "por hacer cosas nuevas". Comme des Garçons "no se basa en hacer dinero", consciente de que la clave de su éxito radica en su tamaño. La empresaria bilbaína Rosa Orrantia, propietaria de Persuade, una de las pocas tiendas que vende su primera línea en España, está emocionada por formar parte de un universo tan abstracto. "Rei dijo una vez que con Comme des Garçons quería crear una empresa con la creación como único propósito, con la creación como su espada. Pues bien, vender esta marca es ser una pieza de esa espada y cómplice de su lucha en cada colección", destaca.
Los modos de venta son igualmente rompedores. Rei inventó las "Guerrilla Stores", unas tiendas que luego han patentado otras firmas, consistentes en espacios inusuales que funcionan durante un breve espacio de tiempo. Pero no hay coherencia sin una cierta contradicción. Commes des Garçons ha llegado al gran público con sus colecciones asequibles para el gigante sueco H&M o con el grupo perfumista Puig, que elabora sus colonias. Tan raras como Rei, la reina de lo singular.
Y ahora, ¡a ponernos un poco al día!
1. Niños que ven porno en lugar de Arthur y los Minimoys. Canal+ Francia emite por error secuencias de una película X, en medio del film infantil "Arthur y los Minimoys", a las cuatro de la tarde de un domingo. Los responsables de la cadena francesa ordenaron de inmediato una exhaustiva investigación para encontrar al culpable del fallo. "Se trata de un problema con el codificador que ha interrumpido la difusión normal", explicó en un comunicado el grupo de televisión, que calificó el contratiempo de inaceptable. No es la primera vez que Canal+ Francia mete la pata. En algunos países árabes -donde la pornografía está prohibida- sucedió algo parecido en horario nocturno.
2. Arranca el canal de documentales. El próximo 1 de mayo empieza a emitir Xplora, el canal de documentales que sustituirá a La Sexta 2. La nueva televisión ofrecerá reportajes de la BBC, HBO, National Geographic y History Channel.
3. ¿A qué huele Zara? Para que una tienda consiga que un cliente compre, hace falta mucho más que un buen producto o una campaña atractiva. Un aroma atractivo puede provocar potentes efectos en el comportamiento humano. Recordamos el 35% de lo que olemos y es el sentido de mayor rapidez de asociación. Por eso, nuestra memoria olfativa es cada vez más tenida en cuenta por las diferentes tiendas, que siguen técnicas de marketing mediante las cuales se escoge una fragancia adecuada con la que se expresa la filosofía de la marca.
4. Un perfume con olor a panceta triunfa en EEUU. Oler a cerdo está de moda. Por lo menos en Estados Unidos y, más concretamente, en Nueva York, ciudad paradigma de la moda y del estilo. La marca Fargginay ha creado Bacon, una colonia unisex que pretende despertar el buen humor en quien se atreva a perfumarse con ella y en los que le rodean.
Spot del anuncio de Bacón, cologne by Fargginay
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